A veces el mundo se alinea. En ocasiones crees que llevas un camino que parece que no va a desembocar en ningún sitio. A veces abandonas, pero a veces no. Y, en ocasiones, aparece una idea que parece hecha ad hoc para este momento.
Más o menos se compuso este Pantybreaker de manera lineal, continua, en orden. Lo entendí como parte del proceso. Es posible que las ideas se metieran en “carpetas” de cada tema, como ya he dicho en la introducción, pero estas carpetas no se convertían en canción hasta que no les tocaba.
Por situarnos, en el momento de esta Pista, estábamos encerrados en la pandemia. Como pasó a mucha gente, hicimos cosas extrañas en este período en el que estábamos encerrados. En mi caso, traté de expandirme. Y me dio por expandirme hacia lo “mágico” o “misterioso”, los mitos, los rumores, la alquimia. Hay mucho de esto en esta parte de la obra, aunque luego va aterrizando hacia otros sitios. Pero en este momento yo estaba alternando la lectura de Fulcanelli con Jung y Gargoris y Habidis de Sánchez Dragó, que ya he comentado.
Y ahí es donde me encontré con la historia de Pedro II, El Católico.
Yendo a la Wikipedia, es la historia de una muerte en batalla, fruto de un mal cálculo de un mal monarca, como tantas otras:
Tras el fracaso de la reconciliación entre occitanos y Simón de Montfort, Pedro II se declaró protector de los señoríos occitanos amenazados y de Toulouse. Pese a que su hijo permanecía bajo tutela en poder de Simón de Montfort y la excomunión de Inocencio III, que había optado finalmente por apoyar la causa francesa, reunió finalmente un ejército en sus reinos y territorios peninsulares con el que pasó los Pirineos y junto a los aliados occitanos puso cerco a la ciudad de Muret, donde acudió Simón de Montfort. Partiendo de una situación ventajosa en cuanto a fuerzas y avituallamientos, en la campaña, parece ser, sus huestes actuaron con precipitación y desorganización sin esperar la llegada de todos los contingentes. Resultaría muerto al ser aislado por los caballeros franceses en un combate en el que el rey ocupaba una posición de peligro en la segunda escuadra, en lugar, según era lo habitual, de situarse en la retaguardia. La muerte del rey trajo el desorden y la desbandada entre las fuerzas tolosano-aragonesas y la consiguiente derrota.17​h​ Muret supuso el fracaso y abandono de las pretensiones de la Corona de Aragón sobre los territorios ultrapirenaicos y, según el autor Michel Roquebert, el final de la posible formación de un poderoso reino aragonés-occitano que hubiera cambiado el curso de la historia de Francia y España. HYPERLINK "https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_II_de_Arag%C3%B3n"18​
Excomulgado por el mismo Papa que lo coronó, permaneció enterrado en los Hospitalarios de Toulouse, hasta que en 1217 el papa Honorio III autorizó el traslado de sus restos al panteón real del Monasterio de Santa María de HYPERLINK "https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_Santa_Mar%C3%ADa_de_Sigena"Sigena en Huesca, donde fue enterrado fuera del recinto sagrado. HYPERLINK "https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_II_de_Arag%C3%B3n"19​
En Gárgoris y Habidis, sin embargo, se cuenta otra historia. Que me apetece más creerme porque me viene bien. He encontrado versiones similares en internet. Quien quiera, que busque. Y quien quiera, que crea lo que le apetezca.
Por no extenderme, diré que Pedro II, a quien se apodaba El Católico, aunque fue excomulgado por Inocencio II era un rey de Aragón, padre el ultrafamoso Jaume I el conquistador. Parece que de casta le venía al galgo, por lo del mote.
En fin, el caso es que Pedro II tenía las ínfulas de conquistar la Occitania para crear una “Gran Cataluña” (o lo que sea, que ni sé ni me importa porque no es objeto de nuestra historia). Pero además era, como no es extraño entre reyes (y menos en el siglo XII) un poco tendente a la juerga, al desenfreno y a las orgías.
Cuenta esta pseudoleyenda que Pedro el Católico en vísperas de la batalla de Muret se fue de fiesta anticipando la victoria hasta el punto de que se bebió todo lo bebible e imagino que cualquier droga disponible fuera la que fuese. Ahí conoció a una mujer increíble (él debía ser viudo en el momento, pero no creo que le importara mucho) que debió mantenerlo despierto toda la noche…
El resultado es el que cuenta la historia. El rey, que no había dormido, no tenía la cabeza para batallas y no supo comandar a su ejército, resultando muerto en aquella batalla… Se cuenta que no iba ni vestido de Rey…
Habrá quien piense que algún rival le puso una trampa en forma de sirena. O no.
Insisto que no me importa que la historia sea o no verdadera. Para mí la fase de “tentación” y “encuentro con la diosa” se escribieron solas. El rey cabalga hacia la historia (parte 1.1), pero la diosa le intercepta y atrapa (parte 2), tras este encuentro, se produce la batalla de Muret (parte 1.2).
Después de esto, ya fue todo cuesta abajo.